En los últimos años, es notable el interés que varias editoriales le han prestado a los textos infantiles. Y, más allá de las siempre presentes necesidades del mercado, podemos permitirnos una lectura un poco más optimista: frente a tanto discurso en torno al fin del libro y a su reemplazo por algún avance tecnológico, todavía siguen saliendo de imprenta libros y libros dedicados a los más chicos que transforman a tal o cual ejemplar en lo que debe ser desde un principio: un objeto dotado de la más insospechada y cautivante magia. Aquí, cinco recomendaciones de libros dedicados a los inocentes y voraces lectores. Y, también, dedicado a los más chiquitos.
Benjamino, de María Teresa
Andruetto
El nombre de
María Teresa Andruetto ha quedado ligado a la literatura infantil desde que
ganara en 2012 el premio Hans Christian
Andersen de Literatura Infantil, un galardón considerado el Nobel de esta
muy específica rama de la literatura. La reedición de Benjamino, un libro aparecido por primera vez en 2003, es una buena
excusa para comprobar las notables habilidades de la escritora reconocida,
ahora sí, internacionalmente. Benjamino cuenta
la historia de un niño muy, muy pequeño que recurre a su inteligencia, su
picardía, para resolver más de un entuerto. Basado en los relatos tradicionales
italianos –que la autora reconoce como presentes en su propia familia-, el
libro es ya un infaltable en su catálogo y una muy recomendable publicación que
mezcla un relato interesante con lo más tradicional de una parte importante de
nuestra herencia europea.
Kafka y la
muñeca viajera, Jordi Sierra I Fabra
Escribir un
texto con o de Kafka dedicado a los más chicos es un reto que muy pocos han
podido sortear. ¿Quién no se angustió terriblemente tras leer El proceso o La metamorfosis? Bueno, Jordi Sierra I Fabra, escritor catalán, lo
ha conseguido, y con creces, tras escribir este breve relato que parte de una
anécdota real en la vida de Kafka: su encuentro con una niña en un parque que
no puede más de tanto llanto. Luego de averiguar que las lágrimas de la niña
eran derramadas porque había perdido a su muñeca, el personaje de Kafka (un año
antes de su muerte) decide contarle que su muñeca, en realidad, estaba de
viaje, y él mismo redacta las cartas que la muñeca le enviara a su antigua
dueña contándole los detalles de sus travesías. El autor, con este breve libro
para primeros lectores, logra mostrarnos una figura de Kafka un poco más
alejada de la depresiva idea que la mayor parte del mundo tiene.
Puro Ojos, de Elsa Bornemann
Eleonora es,
como toda niña que puede desplegarse en su mundo imaginario, una chica inquieta
que transforma lo que dibuja en parte integral de su mundo, o extiende los
límites del cuaderno para pintar lo que le rodea. Ele (así la llaman) conoce un
día a Joaquín en una plaza, y más allá de las aventuras que le quedan por
delante, lo que también encuentra en su nuevo compañerito es un primer, tímido
amor. Este libro es otra reedición de un ya clásico trabajo de literatura
infantil nacional: aquí, el texto cuenta con las anotaciones finales que dejó
Elsa Bornemann, fallecida para pena de sus muchos lectores a principios del año
pasado, quien, junto a este libro, ha dejado una obra rica en perspectivas y
sumamente recomendable para primeros lectores.
Niña, de Enrique
Vila-Matas
Aquí tenemos un
inconveniente: el libro acaba de salir en España en una colección llamada Mi primer… y el nombre de un gran autor,
como Mi primer Javier Marías o Mi primer Almudena Grandes. Editados por
Alfaguara Infantil, la idea de la colección es sacar libros de escritores
reconocidos internacionalmente y dedicados a un público más “adulto” pero que,
en esta oportunidad, se concentren en escribir trabajos dedicados a los
infantes, quienes, a veces, expresan de manera mucho más clara e inmediata su
descontento o alegría luego de haber terminado un libro. Aquí, Vila-Matas
cuenta la historia de Niña, una chica que se mete de lleno a navegar y recorrer
el mundo del alfabeto y que terminará en… Bueno, eso no lo podemos decir,
claro. Una propuesta más que interesante que, seguramente, en muy poco tiempo
llegará a nuestras costas.
El día que
cambié a mi padre por dos peces de colores, de Neil
Gaiman
Aquí nos
permitimos hablar de un libro que es un clásico de la “nueva generación”,
digamos, de escritores y lectores del género de literatura infantil. ¿Por qué
digo “nueva generación”? Porque Neil Gaiman, autor de historietas
imprescindibles como The Sandman,
entre muchas otras, no es el clásico escritor de relatos infantiles y, sin
embargo, toda su obra –aparecida desde finales de los ochenta para acá- tiene
esa resabio a sueño infantil. Con este libro, da el puntapié inicial a su
incursión en la literatura para chicos con una historia que nos muestra a un
niño obsesionado con los peces de colores de su amigo, tan obsesionado que
llega al extremo de cambiárselos por su papá, un tipo que se pasa todo el día
en su casa leyendo el diario. Claro que, una vez que la madre se entera del
trato, obliga al pequeño Nathan a deshacerlo, abriendo la puerta a la aventura,
claro. Ilustrado por el genial Dave McKean, el relato –por momentos libro de
cuentos, por momentos historieta- es impresionante, cautivante, y puede
perfectamente llevar al adulto que se atreva a comprarlo a tener mucho cuidado
con la manera en que los niños miran a las mascotas de sus amiguitos.
Columna transmitida originalmente en la edición del 12 de marzo de 2014 en el programa de FM Blue 100.7 Todo tiene un límite, conducido por Corina González Tejedor. Click aquí para leer la nota en la web del programa.
Columna transmitida originalmente en la edición del 12 de marzo de 2014 en el programa de FM Blue 100.7 Todo tiene un límite, conducido por Corina González Tejedor. Click aquí para leer la nota en la web del programa.
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